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Suiza-Extremadura: el regreso de un emigrante a golpe de pedal
2.200 KM EN ONCE DÍAS

Suiza-Extremadura: el regreso de un emigrante a golpe de pedal

Un extremeño residente en Suiza vuelve a Calamonte en bicicleta treinta años después

Isabel Barrena , EFE

Martes, 27 de agosto 2013, 10:05

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Apenas tenía 20 años cuando Braulio Rodríguez hizo las maletas y en compañía de su esposa Rosa Ceborro emigró a Suiza. Ahora, más de 30 años después, ha realizado el camino inverso pero en bicicleta, unos 2.200 kilómetros a golpe de pedal entre la localidad suiza de Baar -donde reside- y la extremeña de Calamonte -donde nació-.

La aventura comenzó al pasado 15 de agosto cuando muchos municipios de Extremadura, entre ellos Calamonte (Badajoz), celebraban sus Fiestas del Emigrante. Ese día, Braulio salió de la localidad suiza de Baar donde reside hacia el pueblo de su infancia, Calamonte, subido a su bicicleta, compañera fiel de viaje.

Once días después -en concreto este pasado domingo- y con más de 2.200 kilómetros sobre sus piernas, Braulio era recibido por sus paisanos y familiares a la entrada del municipio con una enorme pancarta que rezaba: "Campeón de la vuelta a casa" y una bandera española y otra extremeña.

De media Braulio ha pedaleado 200 kilómetros diarios, aunque reconoce que las tres últimas etapas ha tenido que bajar el ritmo por el cansancio acumulado.

El camino no ha sido fácil, pero reconoce que nunca se planteó abandonar, a pesar de que sufrió durante el trayecto una gastroenteritis, así como alguna que otra molestia en las rodillas de las que está operado. "Pero nada grave", dice.

"Tenía que sucederme algo como una lesión para abandonar, pero nunca porque el esfuerzo me superase", apunta.

Estos últimos días ha atravesado tramos complicados -como la entrada a los Pirineos por Francia-, aunque lo más duro para este calamonteño han sido las etapas que le han llevado de San Sebastián a Vitoria y de esta última ciudad a Burgos por la existencia de puertos de montaña muy complicados.

A medida que avanzaba hacia el sur el calor también hacía mella y las piernas no le respondían. "Me flaqueaban mucho y me sentía muy cansado", declara.

Pero con lo que no contaba Braulio era con otro calor, el de sus paisanos. Ciclistas aficionados de Calamonte se desplazaron en sus bicicletas hasta el Cruce de las Herrerías, en Cáceres, para acompañarlo en la última etapa, la de ayer, hasta Calamonte.

Asegura que le ayudaron mucho, no sólo anímicamente, ya que dentro de un grupo el esfuerzo que se realiza es "la mitad", algo de agradecer tras haber recorrido miles de kilómetros en una bicicleta convencional y tras superar puertos exigentes.

La idea de llegar a su pueblo en bicicleta no es nueva, le rondaba desde hace "muchos años" en la cabeza. No en vano hace unos 15 años ya pedaleó desde Barcelona a Calamonte, aunque no ha sido hasta ahora cuando ha podido realizar esta gesta.

Ha recibido el apoyo de amigos y familiares que durante esta travesía no han parado de mandarle mensajes de aliento, pero sobre todo de su mujer y sus tres hijas, quienes le han visto prepararse durante dos meses en Suiza para emprender este viaje que no sabía si su cuerpo le iba a permitir concluir.

La aventura finalizó el pasado domingo con su madre, familiares y conocidos esperándolo a la entrada del pueblo. Todo estaba preparado, las cámaras, las banderas, la bienvenida, los aplausos y, por supuesto los abrazos y el champán.

"No me cabía la alegría en el cuerpo", asegura con la mente puesta aún en esos últimos kilómetros que se hicieron interminables mientras veía a lo lejos la bandera extremeña y la española y a todos los paisanos que le aplaudían por su gesta.

Todos querían hacerse una fotografía con este calamonteño que ha conseguido realizar su sueño y que hoy celebra su 54 cumpleaños prometiendo más: "cualquier cosa se me irá ocurriendo".

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