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PILAR MANSILLA
Viernes, 28 de agosto 2015, 07:31
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Se repite la misma historia. Ya es la segunda vez en menos de un mes que se producen robos en coches aparcados en la zona de El Campillo, en las inmediaciones de la Plaza Alta, y los vecinos empiezan a preocuparse. El último caso ha tenido lugar a principios de esta semana, cuando la Policía Nacional arrestaba a un hombre por forzar y robar en varios vehículos aparcados en el descampado que está junto a la calle Castillo. Ocurrió en la madrugada del lunes al martes y los vecinos alertaron a los agentes. Los policías sorprendieron a este individuo revolviendo en el interior de uno de los vehículos. Intentó escapar, pero finalmente fue detenido.
Tras revisar el estado de los demás coches estacionados en la zona, los agentes comprobaron que cuatro automóviles tenían las ventanillas fracturadas y que un total de ocho coches habían sido violentados por el presunto ladrón.
El detenido, un varón de 39 años, tiene numerosos antecedentes por hechos similares. Tan sólo diez días antes, una mujer le sorprendió mientras intentaba robar su coche, aparcado por el entorno de Castelar. Del mismo modo, trató de huir, pero los agentes lograron arrestarle.
«Los que vivimos en este barrio dormimos con un ojo abierto y otro cerrado», confiesa Miriam Sanabria, cuyo domicilio está cerca del aparcamiento de la calle Castillo, donde estaciona su coche habitualmente.
El mes pasado se produjo un episodio parecido al de esta semana. La Policía Nacional detuvo a un hombre como presunto autor de un delito continuado de robo con fuerza. Varios propietarios denunciaron durante la noche del 29 de julio que habían sido víctimas de robo en sus vehículos.
En esa ocasión fueron cinco los coches asaltados y todos con el mismo método de actuación: fractura de una de las ventanillas delanteras y sustracción de equipos de música, bolsos y documentación personal.
«Dos de los coches robados son de amigas mías», cuenta Antonio Cabañas, que suele aparcar por esta zona porque está cerca de su trabajo. Este joven explica que, «aunque no parezca el ambiente ideal para dejar el coche, conocemos a la gente que ronda por aquí y suele haber un respeto».
Luis Rodríguez es otro pacense que suele aparcar en esta zona porque está junto a su empleo. Asegura que la vigilancia es constante y por eso no se preocupa. «La verdad es que noto seguridad. La policía siempre está dando vueltas».
El pasado lunes, la Policía Nacional detuvo también a un hombre de 41 años mientras robaba en los coches estacionados en un garaje comunitario de la calle Donoso Cortés, en el Casco Antiguo. «Al coincidir varios casos parecidos llama la atención, pero afortunadamente esto no es habitual», aclara José María Soriano, presidente de la asociación de vecinos del Casco Antiguo de Badajoz, quien asegura que la gente está tranquila. « No hay alarma social. La Policía funciona bien y los agentes están dando vueltas por la zona, incluso por la parte peatonal».
Soriano aprovecha para recordar que la mayor preocupación que hay entre los vecinos es la erradicación de la droga. «A pesar de la vigilancia y de las redadas, es una realidad que sigue existiendo. Es la verdadera lacra del Casco Antiguo».
«Los que vivimos en este barrio dormimos con un ojo abierto y otro cerrado»
«La verdad es que noto seguridad. La policía siempre está dando vueltas por aquí»
«Dos de los coches en los que han robado son de amigas mías»
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