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Aurelio Fernández y Rubén Muñoz compareciendo ayer. :: Pakopí
La paranoia del payaso invisible

La paranoia del payaso invisible

Nadie lo ha visto, pero ha habido varias quedadas para darle caza que la policía ha tenido que desactivar

J. López-Lago

Viernes, 28 de octubre 2016, 11:59

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El payaso, que después se convirtió en payaso diabólico, ayer ya era el payaso asesino debido a la sugestión que han ejercido las redes sociales en miles de niños y jóvenes de Badajoz, muchos de ellos atemorizados. Nadie lo ha visto y la única foto que existe del personaje ayer se confirmó que era un montaje. Lo dijo la policía y después lo corroboró el supuesto autor en contacto con este periódico. Se negó a identificarse, si bien es cierto que se trata de la misma persona que en un audio que se ha divulgado por 'guasap' explica cómo se le ocurrió la idea junto a dos amigas, dando lugar a lo que él mismo calificó de «broma épica».

Seguramente sin pretenderlo, ha puesto en alerta a miles de personas, ha sacado a la calle a decenas de adolescentes a la caza del supuesto payaso, ha movilizado dos noches seguidas a agentes de seguridad y ayer provocó la comparecencia de dos portavoces policiales (Local y Nacional) que pidieron calma y explicaron que este joven se expone a una multa que puede ir de 601 a 30.000 euros por crear alarma social. La persona que dio origen al bulo reconoce que no ha calculado los efectos de su montaje, que lo colgó en la red social Instagram y, aunque después explicó que todo era mentira, asistió con asombro a cómo el martes decenas de jóvenes salieron a perseguir al supuesto payaso. Algunos iban armados con palos.

La primera quedada fue en el entorno de la calle Menacho, donde este joven situó su montaje, concretamente en el pasaje comercial. «Tita, a las seis de la tarde había sesenta personas, los típicos quinquilleros con bicicleta, y han empezado a buscar al payaso», decía en la explicación por 'guasap' que han escuchado cientos de pacenses.

Esta versión fue confirmada por José Vázquez, de la peluquería Antolín Vázquez, situada precisamente en el pasaje comercial donde el joven anónimo situó su montaje. «Salí del aparcamiento de Menacho sobre las diez y media de la noche y había varios grupos de veinte personas cada uno aproximadamente. Habían quedado con motos y bicis, supongo que porque al día siguiente había huelga y no tenían clase. Llegó la Policía Nacional, que a muchos les quitó los palos que llevaban».

Otras turbas se montaron en las noches del martes y el miércoles en la barriada de Suerte de Saavedra. Según algunos testimonios varias personas vestidas de payasos amedrentaron a un grupo de jóvenes en la calle y lo siguiente fue una persecución hacia ellos, que huyeron. La Policía Nacional no confirma esto último, solo que varios agentes se acercaron para calmar los ánimos al ser avisados de que había pandillas de 'cazapayasos' con los ánimos encendidos.

Denuncia de agresión

En mitad de toda la historia hay un antes y un después, cuando una madre subió a Facebook el relato de una agresión de un payaso a su hijo el lunes pasado, como ya informó este diario tras confirmar que existía esa denuncia policial. Al parecer, sobre las 23.30 horas del lunes, también en la calle Menacho, alguien disfrazado de payaso se acercó a un joven y le golpeó en la pierna con una llave inglesa, a lo que éste respondió con un puñetazo. Los comentarios animando a dar caza al payaso se multiplicaron, el fotomontaje volvió a divulgarse y otras fotos de otros payasos en actitud macabra empezaron a desfilar por las pantallas de móviles y ordenadores.

La víctima de la agresión denunciada en Badajoz ha salido en Canal Extremadura con una muleta a explicar cómo fue el encuentro.

Ayer, cuando este diario sondeaba el ambiente a la salida de los institutos, Laura, estudiante de primero de ESO en Valdepasillas, afirmaba haber visto un payaso con dos perros pitbull frente a su ventana a las siete y media de la mañana. Su testimonio era bastante inconsistente. A una compañera alguien le había dicho que la noche antes el payaso había estado en dos discotecas de las afueras de Badajoz. Nadie tiene fotos. En otro parque de la ciudad se había extendido la idea de que el payaso andaba cerca. El testigo era un niño de nueve años.

La realidad es que no existen pruebas de que un payaso haya deambulado por Badajoz en los últimos días, y mucho menos de que se haya comportado de manera violenta, pero muchos jóvenes han dado credibilidad a esta historia y han pasado la semana amedrentados. Ayer en la puerta de varios institutos muchos aseguraban que no saldrán de casa durante el fin de semana.

Este estado de ánimo provocó ayer un comunicado policial para pedir calma ante una noticia que ya se ha difundido en varios informativos de televisión nacionales, donde por otro lado han explicado que las ventas de disfraz de payaso se han disparado de cara a la próxima noche de Halloween.

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