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¿Qué está pasando con el tráfico en Badajoz?

El experto en motor de HOY analiza la situación del tráfico en la ciudad

josé antonio polo

Miércoles, 11 de enero 2017, 23:32

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Desde la atalaya de quien entre 1983 y 1987 fue el máximo responsable (para bien y para mal) del tráfico en Badajoz y su extenso municipio, experimento una desazón por los últimos y continuados errores que en materia de tráfico está cometiendo el Ayuntamiento, no solo en los gastos de hacer y a los días deshacer, sino en que los fallos cometidos han supuesto daños a las personas. Como se decía antiguamente, los experimentos con gaseosa.

Lo último han sido los reductores de Sinforiano Madroñero. Si no eran los adecuados y además se instalaron mal, el resultado no podía ser bueno. ¿Nadie comprobó que no eran los demandados?

Pero hay más en esa avenida. El estacionamiento en espiga es una aberración, pues no se gana espacio con respecto a la batería en diagonal. Si en 100 metros de calle caben 16 turismos aparcados en línea (fila o cordón), en batería de 45º caben 30 coches (igual que en espiga), con la ventaja que el conductor localiza mejor el hueco y cuando lo ve estaciona marcha adelante, sin obstaculizar, y sale del aparcamiento cuando observa que no hay tráfico en su carril. Sin embargo, el sistema implantado en Sinforiano Madroñero hace que el conductor vaya más lento buscando la plaza, cuando la encuentra se detiene y con él todo el carril queda interrumpido. Cuando mete la marcha atrás es muy posible que el coche que le sigue esté muy próximo y tenga que recular, igual que los que vengan detrás.

Otra más de esta avenida. Los carriles han sido señalizados con sólo 2,5 metros de anchura, cuando los vehículos tienen un máximo de 2,55 metros (sin contar los espejos retrovisores). Es decir, que por aquí nunca podrán circular dentro del carril los camiones ni autobuses ni autocaravanas. Alguien debería saber que los carriles suelen ser de 3,5 metros en carretera y de 3 metros en ciudad, y en las urbanizaciones pudieran ser de 2,75 metros, pero en la arteria de una ciudad, 2,5 metros es otra aberración y no debe extrañar que existan pequeñas colisiones laterales.

Pero hay más. Se ha creado un minicarril bus en la unión de María Auxiliadora con Sinforiano Madroñero, que permite al bus entrar en la glorieta de Isabel de Portugal sin tener que ceder el paso a los que están en la glorieta, pero como el carril solo tiene 70 metros y termina donde empieza la fila de estacionamiento en hilera, debe cambiarse de carril y consecuentemente ceder el paso a los que circulen por el que él pretende ocupar.

Así pierde el tiempo que ganó en la entrada de la glorieta. Además, ese minicarril sorprende a los conductores, pues no existe la señal vertical S-51 que lo anuncie, y los colocados a la derecha han de cambiar de carril en el último instante. Otro estropicio.

Lo de la intersección de Sebastián Elcano con Cuéllar Grajera y Vázquez Ayllón puede traer cola si las defensas de los heridos demuestran que una mala señalización provocó los accidentes. En este caso no pagaría ni el Ayuntamiento ni el alcalde ni el concejal. Sería el seguro de responsabilidad civil. Pero está claro que se abrió el cruce cuando aún no estaba finalizada la obra, pues la propia policía clausuró la mediana hasta que días después se señalizó correctamente.

En su día dije que esta intersección debería ser una gran glorieta, sin semáforos. Alegar que el ministerio, que es el titular de la vía, no permite hacer la glorieta es ya viejo. Pero hay que saber defender la autonomía que el artículo 140 de la Constitución infunde a los ayuntamientos. Así se consiguió en su día cortar la mediana de Sebastián Elcano y hacer un paso de peatones entre el Nardo y la Pimienta.

Una más. La plaza de la Constitución se ha convertido en glorieta. Dado que una de las vías, Segura Otaño, es de un solo sentido, desde 1983 el tráfico estaba ordenado de tal forma que se permitía el giro directo a la izquierda dejando la fuente a la derecha. El propio jefe de la Policía Local manifestó en HOY que «el lugar está bien señalizado y que no ha habido accidentes, pero induce a confusión». Pues si en más de 30 años eso ha funcionado y la seguridad vial es lo principal en el tráfico, ¿a qué viene el cambio de ordenación? Y ya que se ha hecho, habría que eliminar los semáforos para dar fluidez y desplazar los pasos de peatones, alejándolos del anillo, para que así los vehículos que cedan el paso a los peatones no se queden detenidos y colapsen el tráfico.

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