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Fragmento de una carta de Rosa Chacel.
Tres cartas de exilio de Rosa Chacel, donadas a la Biblioteca Nacional

Tres cartas de exilio de Rosa Chacel, donadas a la Biblioteca Nacional

Enviadas por la autora a una amiga íntima, las misivas dan cuenta del desencanto y las dificultades que la escritora soportó en Nueva York

miguel lorenci

Viernes, 26 de agosto 2016, 14:29

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Tres cartas de Rosa Chacel (Valladolid, 1898-Madrid 1994), escritas y enviadas a una amiga desde Nueva York, donde disfrutaba de una Beca Guggenheim, han sido donadas a la Biblioteca Nacional de España (BNE). La escritora vallisoletana envío las tres misivas manuscritas a una de sus mejores amigas de Buenos Aires, Esmeralda Almonacid, madre de la donante, María Carballido. En ellas Chacel da cuenta del desencanto y las dificultades que soportó en la ciudad de los rascacielos.

Las cartas, escritas con un tono intimista, dejan ver la soledad de Rosa Chacel en un país extraño, del que no domina la lengua, así como la añoranza que siente por Buenos Aires, donde había vivido tras su exilio a América del Sur y que ya sentía como una ciudad propia.

En todas ellas se refleja la tristeza de una mujer que no había conseguido impresionarse como esperaba con una ciudad que ya creía conocer a través del cine. «Las misivas nos permiten acercarnos a la figura de una literata apasionante, víctima de su tiempo, de una manera mucho más personal de lo que podemos hacerlo a través de sus publicaciones», asegura la Biblioteca Nacional en una nota.

Las tres largas cartas están fechadas el 5 de diciembre de 1959, el 15 de abril de 1960 y el 12 de diciembre de 1960. Todas escritas a máquina, incluyen anotaciones manuscritas y autógrafas y suman un total de catorce cuartillas. La escritora da cuenta a su amiga de su llegada a Nueva York, de sus impresiones sobre la ciudad, de algunos lugares icónicos -como Central Park- y de asuntos cotidianos como la moda que imperaba en ese lado del mundo. En todas ellas hace referencia a su hijo Carlos y a su marido, el pintor Timoteo Pérez Rubio, Timo, y a otros amigos comunes, como el poeta Enrique Pezzoni.

Legado

Esta donación enriquece el legado de la autora que conserva la BNE, que contaba ya en sus fondos con ocho cartas enviadas por Rosa Chacel a Guillermo de la Torre, así como con algunos epistolarios editados, entre los que cabe destacar 'Cartas a Rosa Chacel' y 'De mar a mar: epistolario Rosa Chacel-Ana María Moix', ambos con introducción y notas de Ana Rodríguez-Fischer.

Rosa Chacel fue una de las autoras más destacadas de la Generación del 27, protagonista del Edad de Plata de las letras españolas del siglo XX. Pionera en el feminismo, formó parte de 'Las Sinsombrero', el iconoclasta grupo de mujeres intelectuales y artistas que en los años 20 estaban a la sombra de sus colegas varones y a las que se llamó así porque desafiaron su destino pasando por la Puerta del Sol de Madrid sin cubrir la cabeza, como era norma social de la época. Novelista, ensayista y articulista, autora de 'Barrio de Maravillas' publicó numerosas obras en el exilio y encarna a una de las autoras más importantes de la literatura española del siglo XX en la que retrata con perspicacia a la mujer de su tiempo.

En 1930 publicó su primera novela, 'Estación. Ida y vuelta', y dio a luz a su hijo Carlos. Tres años después viajó a Berlín. Tras el estallido de la Guerra Civil trabajó como enfermera hasta, que ante la inminente caída de Madrid y se va con su hijo a Barcelona, y de ahí a Valencia. En febrero de 1937 se trasladó a París hasta que en marzo 1939 viajó a Sudamérica para vivir su exilio entre Río de Janeiro y Buenos Aires.

En 1959 la fundación Guggenheim le otorgó la beca de creación que la llevaría a Nueva York, donde vivió dos años y escribió 'Saturnal', ensayo que rescatará en 1970. Entre noviembre de 1961 y mayo de 1963 permaneció en España, pero regresaría a Brasil. Hasta 1973 cuando no vuelve a vivir a España con una beca de creación de la Fundación Juan March para terminar 'Barrio de Maravillas'.

Instalada definitivamente en Madrid en los años 80 siguió escribiendo y rescató sus obras anteriores. La Universidad de su Valladolid la nombró Doctora Honoris Causa en esa época. Su obra 'Memorias de Leticia Valle fue llevada a la pantalla. Premio de la Crítica en 1976 por Barrio de Maravillas, en 1987 recibió el Premio Nacional de las Letras y en 1990 Premio Castilla y León de las Letras.

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