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Claudio Mateos
Viernes, 28 de agosto 2015, 00:05
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La muerte el pasado martes de un joven en Talavera la Real al salirse de la calzada y estrellarse contra la arqueta de hormigón de un salvacunetas ha reavivado el debate sobre la falta de seguridad de este tipo de estructuras, que se cuentan por miles en las márgenes las carreteras extremeñas. Las administraciones de la región con competencias en materia viaria carecen de un plan definido para colocar protecciones en estos puntos que eviten impactos frontales. Se instalan desde hace algunos años en todas las carreteras nuevas, pero en las antiguas únicamente se actúa de forma puntual, sin un plan preestablecido. Así lo hacen la Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz, pero no la de Cáceres, que no ha intervenido aún en su red provincial.
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Los salvacunetas son sistemas de drenaje que se encuentran en la mayor parte de los accesos a caminos que salen de las carreteras. Son estructuras de hormigón, rígidas y sin ninguna capacidad de absorción de impactos, lo que las convierte en muy peligrosas en caso de colisión.
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